Me puse un vestido de color negro, más tarde fui a maquillarme, para Steve sonaba hasta gracioso.
El timbre retumbó por toda la casa, y baje con torpeza las escaleras debido a los taconazos que..por primera vez me había puesto.
Al abrir me encontré con la alegre sonrisa de Steve en su mano llevaba una rosa, no una rosa roja, no, sino negra:
- Toma..- dijo entregándomela con delicadeza
- ¿Negra? normalmente son rojas..
- Las chicas que normalmente conozco son como Kat, tu eres especial...
- Gracias Steve, me encanta.
Cerré la puerta y me agarré de su brazo:
- Hueles genial- fue lo único que se me ocurrió decir
- Tu estás preciosa
- ¡ Cállate o me sacaras los colores!
Empezó a reirse y al poco rato me tapó los ojos:
- ¿Ves algo?
- No, ¿a donde me llevas?
Fue un poco raro que, al abrir los ojos me encontrara en su habitación:
- Steve..¿qué clase de cita te crees que es?
- No es eso, te he traído a mi habitación porque aquí fue donde por primera vez confiaste en mi, y quiero que sepas que siempre podrás hacerlo
- Eres muy romántico no... Me lanzaría a tus brazos sino supiese que somos amigos..
- Claro..-noté un tono de desilusión en aquella palabra
Nos fuimos a cenar, en toda la cena Steve no dijo nada hasta que terminamos:
- Nicole quiero decirte algo..
- ¿Qué pasa Steve?
- En estos últimos días he podido conocerte mejor y me he dado cuanta de algo..
- Steve, no sabes que es complicado..
- Mira Nicole, no puedo evitarlo más te quiero
- Pero sabes que yo también te quiero, pero tal vez no de la misma forma..
- Se que has sufrido pero arriésgate, haz algo por intentar ser feliz..
- Pero...
En ese momento, nada más por el hecho de hacerme callar Steve me soltó un apasionado beso